"Una sociedad con principios prospera y crece" Javier Morillas

18 de febrero de 2020
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El profesor Morillas hizo un interesante recorrido por la trayectoria económica que a lo largo de los siglos ha seguido nuestro país como consecuencia de los diferentes acontecimientos históricos, que se han ido sucediendo, y de las condiciones materiales y geográficas propias de España. A continuación, analizó la situación actual en la que ese devenir nos ha situado y cuáles son los retos más importantes y la manera de hacerles frentes para lograr una estabilidad económica que haga posible una mayor prosperidad.

A través de la serie elaborada por Angus Maddison, mostró cómo “la destrucción provocada por la invasión francesa en el siglo XIX supuso una catástrofe económica para nuestro país como no había sucedido antes y de la que tardaría mucho en recuperarse. Será a mediados de siglo, con el gobiernos de Bravo Murillo, cuando comience a percibirse cierta recuperación”. El estudio realizado por Maddison muestra también cómo desde la restauración borbónica, y especialmente desde 1913, hasta 1929 se dio en España una situación de crecimiento económico como no había tenido lugar en mucho tiempo, en contra de lo que muchos intelectuales de aquel momento creyeron. Ciertamente, el hito reciente más importante que explica la situación económica actual -advirtió- es la última crisis acaecida entre 2009-2013: “una crisis solo comparable a la Gran Depresión, que, en aquella situación histórica, desembocó en una guerra mundial”.

En la segunda parte de la conferencia, el profesor Morillas señaló cuáles son, a su juicio, los aspectos más importantes que deben tenerse en cuenta para garantizar un crecimiento económico estable que nos permita igualarnos en renta con los principales países de la zona euro.

En primer lugar, es necesario sanear la economía, por lo que “no se puede seguir incrementando la deuda; es una falta de responsabilidad para las generaciones futuras”. La reducción del déficit -resaltó- es algo en lo que, además, nos jugamos la credibilidad ante nuestros socios de la Unión. En segundo lugar, debemos fortalecer y prestigiar las instituciones del Estado garantizando la independencia de los Tribunales, de la Abogacía del Estado y de la Fiscalía General; en eso también está en juego nuestra credibilidad, el que no generemos desconfianza en el exterior y, en consecuencia, el papel que jugaremos dentro de la UE. En tercer lugar, tener un marco constitucional estable: “si hubiésemos mantenido la constitución de 1812, con enmiendas, habríamos tenido un desarrollo estable, como lo ha tenido EE.UU. con su continuidad constitucional”, afirmó.

En cuarto lugar, la educación: hay que premiar el esfuerzo y buscar la excelencia de quienes van a tener responsabilidades importantes en nuestra sociedad. En quinto lugar, la seguridad, garantizando, por ejemplo, un control adecuado de las fronteras. Y en sexto y último lugar, la demografía, tratando de revertir el envejecimiento de nuestra sociedad: “Gary Becker, premio Nobel, nos enseñó que tener hijos ya no es una fuente inmediata de renta, sino de gastos, pero el cuidado de los hijos aporta valores a la sociedad. Y una sociedad con principios prospera y crece”, señaló.